Licencia: AT-AV-244
La ciudad de Arévalo un entorno castellano clásico con un importante patrimonio turístico del que disfrutar con plena tranquilidad.
¡Un buen punto de partida para nuestra visita!
Es el Adador referencia de Arévalo, donde poder degustar el Cochinillo, Asado o gran variedad de platos caseros.
Esta pequeña ciudad situada en el centro de Castilla, es denominada “Arévalo Ciudad Mudéjar” por su arquitectura característica, un estilo artístico netamente español con el que se construyó la villa medieval.
Es centro de una comarca muy rica en historia y patrimonio artístico y monumental, la Tierra de Arévalo.
Es en el medievo cuando adquiere importancia y se consolida un casco urbano cuajado de templos monumentales con sus siete torres mudéjares que rasgan el cielo azul castellano, de ermitas y conventos, de casonas nobiliarias, de fortificaciones con murallas y su castillo, que es como la proa de un barco de piedra y ladrillo en medio de la meseta castellana, con sus puentes medievales, sus plazas, calles y encrucijadas que nos muestran en cada rincón la historia que atesora y los edificios de una población hidalga e industriosa con sus antiguos mercados y ferias que la hacían centro de afluencia de las gentes más dispares que acudían.
Como ahora que el turismo descubre en su patrimonio y en su gastronomía espectacular motivos de mucho interés para descubrir, la cocina castellana con el mejor Cochinillo que aquí llamamos “Tostón” y otros platos exquisitos.
En pleno arrabal, lo que fue la villa extramuros durante siglos, se encuentra esta encrucijada de calles estrechas y tortuosas en torno a la calle Larga, que fueron antaño barrio de moros y mudéjares, una calle que mantiene un sonoro nombre Calle de Figones, demostrativo de la concentración desde antiguo de casas de comidas y mesones, con sus casas medio moras medio cristianas, muchas renovadas en tiempos posteriores, como ésta de los Apartamentos Turísticos Desirée, una casona del s. XVI que renovada actualmente guarda en sus entrañas los signos de esa antigüedad, como se ha puesto de manifiesto en los restos arquitectónicos en sus muros, uno de esos arcos característicos del mudéjar arevalense, y como en toda la ciudad antigua que está salpicada de restos de una arquitectura presuntuosa y de empaque, sobria y elegante.
El Arrabal, barrio de mercados, mercaderes, vendedores, artesanos que ofrecían los productos de su rica y laboriosa comarca, la histórica Tierra de Arévalo, pero también de manufacturas exquisitas y de lujo importadas de lejanas tierras, de tradicionales artesanos o de industrias incipientes.
Calle de figones, corazón de la morería… calle del turismo cultural.
Cronista Oficial de la Ciudad de Arévalo